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Puede que en algún momento de tu existencia  te hicieras la misma pregunta que me formule en una ocasión mientras escuche a alguien quejarse de su título universitario… ¿Es un título universitario u/o cualquier otro certificado, el que determina tus capacidades y habilidades para desempeñar algún oficio en particular?

Evidentemente que a lo largo de nuestra historia hasta nuestros días podemos ver ejemplos en todos los estratos sociales y culturales, donde aparecen personalidades desempeñando y realizando grandes aportes a la humanidad. Esto sin siquiera tener en su haber alguno que otro estudio cursado a nivel profesional. Y en el mejor de los casos… solo cierto nivel académico básico.
En las Artes Plásticas especialmente en la pintura podemos citar el caso de Vincent Van Gogh. Este pintor Neerlandés no tuvo una formación plástica real, no más que observación de láminas y uno que otro aprendizaje discontinuo y deficiente de parte de un profesor de bellas artes. Sin embargo, es considera como uno de los más grandes maestros de la pintura. Y refiriéndome a la pintura no puedo dejar de mencionar al más grande entre los grandes: Leonardo Da Vicni. Considerado el más grande autodidacta de todos los tiempos y el máximo representante del “Universalismo Renacentista”. En vida fue: Arquitecto, pintor, dibujante, anatomista, botánico, científico, escritor, urbanista, escultor, filosofo, ingeniero, inventor, músico,  poeta, astrónomo, matemático, paisajista, físico  paisajista, naturalista… Humanista por demás y polímata a carta cabal. Y en la muerte, sigue siendo el más grande artista de la humanidad.
En la literatura tenemos un caso que nos toca muy de cerca, y es el caso de Juan Bosch. Este ilustre cuentista, ensayista y novelista Dominicano es considerado como uno de los escritores más prominentes de la literatura dominicana, y está dentro de los escritores más preclaros de Latinoamérica destacándose en el cuento. Y solo completó el tercer año del bachillerato. En el ámbito empresarial tenemos a Soichiro Honda. Este poderoso empresario no tuvo una vida académica brillante, y fue un pésimo estudiante. Pero todos conocemos lo que significa la marca “Honda Motors”. Y así podemos citar cientos de caso. Pero en lo que concierne a la arquitectura de nuestros tiempos, tenemos el caso de Tado Ando.
 

La primera vez que me topé con él aparte de identificarme con su manera de ver la arquitectura… Me sorprendió aún más el hecho de que él nunca la había estudiado. A menos no de forma profesional. Este Arquitecto Japonés adquirió conocimientos de arquitectura de forma autodidacta, leyendo y viajando por Europa, África y los Estados Unidos. Su pensamiento gira en torno a construcciones de forma geométrica simple, las cuales crea espacios trascendentes, valiéndose de la luz y los efectos que esta produce. También incorpora la naturaleza para dejar fuera el caos de las ciudades. Su arquitectura apela a la meditación, la espiritualidad y serenidad.

Entre otras cosas ha recibido numerosos galardones. Pero el más trascendental de todos no solo por lo que significa, sino también por las implicaciones de este, fue el que recibiera en 1995. Me refiero al “Pritzker”, el máximo reconocimiento internacional en el área de la Arquitectura. El cual es equiparable con el Nobel. Es decir… ¿El máximo reconocimiento de arquitectura, para un arquitecto que no tiene título? Interesante no! A lo que se hace obligatoria volver a la pregunta inicial:

¿Es un título universitario u/o cualquier otro certificado, el que determina tus capacidades y habilidades para desempeñar algún oficio en particular?

Si bien es cierto que tener un título profesional de una forma u otra te da méritos dentro de la sociedad, tarde o temprano esos méritos te van a demandar la aprobación en función de tus capacidades y tus habilidades como profesional. En otras palabras… Un título sin una función es una especulación titulada.

Pero también esta la otra vertiente. El aprendizaje autodidacta. El auto valoración de uno mismo y de sus capacidades intelectuales, que teniéndose o no un título, hay que reconocer y moldear atreves de los años. Ya sea de manera personal o académica, siendo esta ultima la más adecuada y la que más se adapta a nuestro sistema laboral actual.

De manera que, termino este interesante artículo con una reflexión a manera de interrogante: ¿Eres tú, lo que está estipulado en un papel, oh a fin de cuentas el papel no es más de lo que tú puedes estipular en él?

Juan C. Ordaz Coppel
a   r   q   u   i   t   e   c   t   o

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